domingo, 8 de abril de 2007

Hibernación

Como ya se nos viene encima el invierno y se nos acercan gélidos días , decidí rescatar de la página http://www.lorca.net/fauna_y_flora/images/mamiferos/erizo_comun.htm útil información acerca de la hibernación de los erizos de tierra africanos. Pues cuando bajan las temperaturas deben tomar algunas precauciones para controlar que nuestros sensibles pinchudos no se pongan literalmente tiesos de frío. Las fechas que aparecen en la reseña son europeas, por eso deben adaptarlas, pero en esencia son los mismos procesos.
"El año de un erizo se divide en un período activo y una fase de hibernación, que pasan en un nido de follaje. Los animales se despiertan en primavera, cuando la temperatura externa ha subido lo suficiente. los valores críticos rondan los 15 grados centígrados. De ahí que la irrupción de una ola de calor en invierno pueda despertar a los erizos de su letargo antes de tiempo. Esto les perjudica, porque entonces consumen reservas corporales importantes, que podrían necesitar si el invierno se prolongara mucho. Si las temperaturas son lo suficientemente bajas durante todo el invierno, el erizo podrá «dormir» de forma continua con sus funciones corporales muy disminuidas. Su temperatura interna se mantiene a unos 5 grados. Está sujeto a una regulación, ya que cuando la temperatura externa baja demasiado, el erizo produce calor en su interior, de forma que su temperatura se mantiene bastante uniforme. Si dispone de un refugio bien protegido, esto no comporta grandes problemas para el hibernante. El erizo se ha enrollado, formando una bola de púas compacta y muy rígida, que sólo se podía abrir por la fuerza. A medida que la temperatura externa va subiendo, allá en marzo o abril, el corazón empieza a latir a un ritmo cada vez más acelerado. Aumenta la frecuencia de respiración y el animal pronto alcanza su temperatura normal, entre 35 y 37 grados. Ha consumido gran parte de las reservas de grasa que había acumulado para la hibernación. El manto de púas le «viene ancho», no se le ajusta al cuerpo. Ahora los erizos comerán y beberán mucho, intentando compensar de nuevo las pérdidas. Recorren muchos kilómetros a la búsqueda de lugares que les ofrezcan alimentos en abundancia, desarrollando poco sentido territorial. Antes se creía que los erizos habitaban territorios determinados, pero éste no parece ser el caso. Si bien ocupan zonas determinadas para vivir, no impiden a otros congéneres la entrada en ellas, a menos que el vecino vaya, no a por alimentos, sino a por las hembras en celo. En ese caso se iniciaría un combate casi «pugilístico» y el macho intentaría ahuyentar al intruso. Pero por lo demás, los territorios de residencia pueden superponerse sin que se produzcan disputas. Si a principios y a mediados del verano los erizos conservaron en gran medida «la línea», a finales empieza una verdadera «ola de gula». los animales comen mucho más de ¡o que necesitarán para subsistir. Su peso aumenta rápidamente, En tres semanas pueden duplicarse. Los erizos adultos llegan a pesar más de un kilo, los muy gordos hasta 1900 gramos. En una noche pueden devorar 150 gramos de carne y beber más de 50 gramos de líquido. A finales de septiembre o en octubre estos erizos tan bien alimentados buscan un refugio para el invierno. Con frecuencia anidan en un montón de complots o de hojarasca. Cuando la temperatura media se halla por debajo de¡ límite de los 10 grados durante varios días seguidos, el erizo empieza su hibernación. Su temperatura corporal va disminuyendo, hasta quedar por debajo de los 6 grados. Entonces se conecta la «calefacción automática», mediante la cual el erizo compensa las pérdidas de calor, evitando que su temperatura interna descienda por debajo de¡ punto de congelación, lo que provocaría su muerte. "
Wikipedia:
Hibernación es un estado de hipotermia regulada, durante algunos días o semanas, que permite a los animales conservar su energía durante el invierno. Durante la hibernación el metabolismo de los animales se hace lento hasta un nivel muy bajo, además de tener una temperatura corporal y frecuencia respiratoria inferior a lo normal, usando gradualmente las reservas energéticas almacenadas en sus cuerpos durante los meses más cálidos.
Algunos animales de sangre caliente (
mamíferos y aves) sobreviven en invierno entrando en una especie de sueño profundo, logrando que su actividad corporal sea más lenta y su temperatura descienda para ahorrar energía. El corazón les late más lentamente y la respiración se hace también más pausada. Pueden lograr que la temperatura de su cuerpo se asemeje a la de su entorno, aunque se acerque al punto de congelación.
Los animales que hibernan suelen utilizar lugares cálidos y seguros para pasar el invierno. Los
murciélagos duermen en el fondo de las cuevas y cavernas, donde la temperatura no cambia demasiado. Muchos pequeños roedores hibernan bajo tierra, en madrigueras forradas de hierba para mantener el calor.
Algunos otros animales, como la
ardilla terrestre ártica y el lirón, pasan más de la mitad de su vida hibernando. Los procesos corporales del animal están al mínimo, y obtiene la energía de la reserva de grasa de su cuerpo. Algunos animales pierden hasta el 40% de su peso mientras hibernan; otros, como los hámsters, guardan una reserva de alimento en sus madrigueras para el invierno, y durante los meses fríos despiertan de vez en cuando para comer un poco.
Los animales de sangre caliente consumen alimento para producir calor y mantener así su temperatura corporal más o menos constante. En
invierno, estos animales tienen que producir más energía para conservar el calor con la misma eficacia, aunque el alimento escasee en su entorno. Es por ésto que hibernan, para ahorrar energía.
Sin embargo, en los países donde hay una estación cálida y seca, y el agua y la comida escasean durante el
verano, muchos animales entran en un estado muy parecido a la hibernación, llamado estivación, para sobrevivir a la sequía y ahorrar energías. Muchas ranas y sapos se ocultan para la estivación en madrigueras subterráneas, frescas y húmedas.

Erizo Europeo
Entre los animales que hibernan podemos citar a los murciélagos (mamíferos), algunos insectívoros como el
erizo, y ciertos roedores como el lirón, la marmota, el hámster y la ardilla terrestre. Entre las aves, las chotacabras del Este de América del Norte. Todos estos animales hibernan cumpliendo la definición que más arriba describiéramos.
Los
osos se amodorran durante los meses de fríos, y las ardillas duermen durante varios días seguidos si la temperatura desciende demasiado, pero ésto no se trata de una hibernación, porque la temperatura de sus cuerpos no desciende significativamente y pueden despertar con facilidad. Ésto les da la ventaja de poder enfrentar el peligro con rapidez.
Entre los animales de sangre fría, los anfibios, los
reptiles y los peces, pierden calor si desciende la temperatura de su entorno, y automáticamente quedan inmóviles. Muchas serpientes y lagartos duermen durante el invierno en madrigueras. También pequeños insectos como las mariquitas y algunas mariposas duermen en invierno en lugares resguardados.

1 comentario:

auditoria energetica dijo...

Me ha gustado mucho el post que has subido en la web, es básico para ir mejorando paso a paso y con información, gracias!