Ayer en la mañana H tenía toda su comida en el platito y estaba hecho una bolita dura imposible de relajar. Esperé unas horas y nada, seguía respirando fuerte y rápido y no quería comer. El día anterior ya había estado menos hiperkinético que de costumbre, y que siguiera bajando sus revoluciones no era una buena señal: era hora de darle calor extra.Con el Otoño, las temperaturas han bajado pero no de sobremanera -ayer el termómetro se empinó por los 15ºC en el exterior- como para que las casas sean muy frías para nosostros. No obstante, para los erizos, extremadamente sensibles, el frío es un tema delicado. La caja donde H duerme está aislada con tela de polar y bajo ella hay alfombra, además de los clásicos diarios que conservan muy bien la temperatura. Su camita es bastante mullida y no le entra tanto aire frío porque en las noches tapo la ventana superior con una toalla . Cualquiera pensaría que todo esto es suficiente, pero no es así pues los erizos ya tienen frío y recuerden que si se aislan para resguardarse de él, pueden preparar sus cuerpo para la hibernación. Fenómeno natural en estos animales, pero que es peligroso en casa por la energía que les hace consumir si tratamos de despertarlos así de la nada. En la naturaleza es un ciclo largo que se regula es fases estacionarias que no podemos reproducir en ambientes artificiales como los nuestros, y si lo hacemos tendremos que esperar hasta más o menos por Septiembre (en el hemisferio sur) para verlos despiertos de nuevo.
Si todavía no estiman necesario prender la calefacción o sacar las estufas de las bodegas, ya es hora de contar con un guatero (¿se le llamará bolsa de agua en otros países?) que debe ser cambiado en la mañana y en la noche.
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H curioseando en mi mochila: algo tiene mi billetera que es irresitible para él ^.^
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