Los erizos en la naturaleza acostumbran a meterse entre la hierba para escapar de animales más grandes, hacer hoyos para cazar insectos, enterrarse para escapar de las bajas temperaturas. En casa no tienen esas preocupaciones y sí repiten esos movimientos es por puro instinto y diversión.
Si los vigilan siempre es muy gracioso observarlos mientras se meten en cuanto escondite encuentran: si parece que adoraran la sensación de estar atrapados, apretados y al resguardo en los más estrechos rincones.
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