jueves, 29 de marzo de 2007

Imitándo el hábitat


Si bien las casas que les acondicionamos a nuestras mascotas tienen en sus diminutas proporciones, tanta o más comodiad que nuestro propio hogar, no podemos olvidar que se tratan de sustitutos de la naturaleza. De ahí que la viruta no sea lo más apropiado para jugar, ni las telas de polar lo más agradable para dormir, pero como no podemos transformar nuestra casa en un pequeño bosque, sí podemos traer una pequeña parte de él.

El erizo cuando camina kilómetros lo hace sorteando piedras, arbustos, ríos y quizás que cosas más, pero lo que ciertamente abunda es la tierra, para pisar, hacer agujeros, asearse y jugar. Nosotros podemos fácilmente hacer una plazita de juegos con un macetero lleno de tierra, la que podemos complementar con pequeñas rocas, pasto o paja seca. Si vas vas a tener el macetero dentro de tu casa, no te olvides de poner mucho diario alrededor, ya que una vez que le pierdan el temor al nuevo lugar lo primero que harán será escarbar y tirase mucha tierra sobre las púas. Los más osados se enterrarán. Es muy gracioso verlos con la cara llena de barro y tirándose tierra como locos con las patitas. Quedan literalmente negros, pero como son tan limpios, no demoran nada en quedar como nuevos al poco tiempo.

No hay comentarios: